Arabia Saudita acaba de dar un paso histórico en la carrera mundial por la computación cuántica. La petrolera estatal Saudi Aramco anunció la instalación de la primera computadora cuántica del país, fabricada por la empresa francesa Pasqal, especializada en tecnología de átomos neutros. Con un equipo de 200 qubits instalado en su centro de datos de Dhahran, el objetivo declarado es optimizar procesos industriales, desde investigación energética hasta simulación de nuevos materiales.

Sin embargo, la noticia ha reavivado una preocupación global: ¿puede esta nueva generación de computadoras poner en riesgo la seguridad de Bitcoin y otras criptomonedas?
¿Podrá Bitcoin sobrevivir a las computadoras cuánticas?
La instalación del primer ordenador cuántico saudí no implica un peligro inmediato, pero sí vuelve a plantear una pregunta crítica para el futuro: ¿cómo se protegerá Bitcoin el día en que estas máquinas sean capaces de romper su seguridad?
Los especialistas coinciden en que sí es posible blindar Bitcoin, pero advierten que no sucederá de manera automática. La red necesitará una actualización significativa en su sistema de seguridad, algo comparable a cambiar millones de candados al mismo tiempo. Para lograrlo, los usuarios de Bitcoin tendrían que migrar sus fondos a nuevas direcciones diseñadas para resistir ataques de supercomputadoras cuánticas.
¿Por qué importa esto?
La amenaza no está en el presente, sino en el momento que los investigadores denominan el “Q-Day”, el día en que la computación cuántica alcance la potencia suficiente para descifrar llaves criptográficas y falsificar transacciones digitales. Si Bitcoin no se adapta antes de ese punto, millones de billeteras antiguas quedarían vulnerables, sin que sus dueños puedan hacer nada para evitar el robo de sus fondos.

La buena noticia
A pesar de la preocupación, el Q-Day aún está lejos. Las computadoras cuánticas actuales, incluyendo la recién instalada por Arabia Saudita, siguen siendo demasiado primitivas para atacar sistemas financieros reales. No obstante, empresas, gobiernos y laboratorios ya se preparan para ese futuro mediante el desarrollo de nuevas técnicas de seguridad conocidas como criptografía post-cuántica, diseñadas para resistir incluso a los sistemas computacionales más avanzados que puedan surgir.
Bitcoin podrá protegerse de la era cuántica, pero su supervivencia no dependerá solo de la tecnología, sino de la coordinación global de sus usuarios. Cuando llegue el momento, será necesaria una actualización masiva para mantener segura la red. La batalla más importante, por ahora, no será contra las máquinas, sino contra el tiempo y la organización colectiva.




